
He tenido la conversación acerca de este tema muy pocas veces. Respeto a todos aquellos que insisten en expresar "el cambio es para siempre", pero en lo que a mi persona se trata, para mí no hay como el papel... ¡si, si, si!... amantes de los árboles, detractores de la pulpa, la celulosa y cualquier material de lo que se hacen esos objetos tan valiosos e invaluables que se han llamado libros, tomos, volúmenes... inclusive pergaminos y papiros, que en la antigüedad se hacían de piel de animales... en otras palabras... también los conservacionistas de toda fauna que incluya animales domésticos... soy consciente de que no les agrada el tema ni mi opinión... pero saben qué... si todo tiene un límite, este implica también el significado de la palabra "conservacionismo"... se puede conservar si se renueva con consciencia para hacerlo... pero mientras el mundo está dividido entre los avaros sin escrúpulos y los conservacionistas extremos, en el que ambos son incompetentes para usar el cerebro, entender que conservar y producir es posible llegando a acuerdos y respetándolos, además de hacerlos respetar, todos los que estamos en medio estamos asqueados de las conductas extremistas e irresponsables de ambos bandos. Si la tecnología es buena para substituir, también es buena para emprender caminos para la conservación, no solo de la vida, sino también de los objetos, medios y sistemas que se crearon para salvaguardar y preservar el conocimiento del mundo: ¡LOS LIBROS, PERGAMINOS Y PAPIROS!, sin ánimo de ofender a nadie, aunque no compartan mi visión de las cosas. Ejerzo el mismo derecho de todos los seres humanos de este mundo a opinar, el cual no está ni por encima ni tampoco por debajo del de nadie.

Permítanme exponerlo desde algunos ángulos distintos (por lo cual me disculpo de antemano, ya que expresarlo va tomarse algún tiempo, por lo cual, deberé abusar de la paciencia del lector... gracias). Hoy comencemos por lo más banal... (prometo, arriesgando a que quien lea esto abandone de inmediato el leer este escrito, que se va a poner más interesante más adelante)... hablando por mi experiencia al respecto, no hay como un libro de papel, es indiferente la calidad de la publicación; me explico: si está publicado en tapa blanda o en tapa dura, poco importa dentro de parámetros razonables, no hay como un libro de papel... con honestidad, ambos se deterioran, pero eso no significa que sean imposibles de restaurar dependiendo del grado de daño que hayan recibido por su uso, por el tiempo o por la irresponsabilidad de quien lo tuvo en sus manos.

En cuanto a los libros "electrónicos", "digitales", en "diferentes formatos de archivos", con tener un respaldo de los mismos, sea en una unidad de almacenamiento externa, en el disco duro de otro equipo, en el espacio de almacenamiento de un dispositivo "inteligente" (celular, tableta, Ebook... espero no haber olvidado algún otro), en discos compactos, DVD's o Blu-Ray's; para leerlos lo único que se tiene que tener a la mano es un computador (de escritorio o portátil) o (discúlpenme por ser repetitivo) un dispositivo "inteligente" (aunque no estoy seguro de que los Ebooks sean de esa categoría, "inteligente"). El asunto con estos es que, no se "deterioran" como los libros en físico, pero si no se tienen respaldos de ellos en un sitio seguro, pueden borrarse "por accidente" y no siempre se pueden recobrar; el "dispositivo inteligente", el portátil, la unidad de almacenamiento externo pueden "olvidarse" en alguna parte, ya que tienen otros usos; el Ebook, como el resto de los aparatos, si no se resguarda bien puede ser dañado o "extraviado" "sin querer queriendo", pueden existir virus informáticos que atenten contra la integridad de los datos almacenados, o esos pequeños y odiosos "accidentes" que dañen cualquier aparato, no importa cual.

Es cierto que los libros de papel, los pergaminos y los papiros ocupan mucho espacio, algo en absoluto contrario a los libros digitales que en el sistema de almacenamiento electrónico solo ocupan en cantidad de bytes, kilobytes, megabytes (todavía no concibo que ocupen espacio en gygabytes o terabytes) cada uno, por lo cual, hoy día, desde un pendrive hasta un disco duro externo, con las capacidades para almacenar de los diseños que existen hoy en día, hasta a un maniático de la lectura no las tendría sencillas para atiborrar al máximo las unidades modernas de almacenamiento; lo que implica que el espacio físico es de centímetros, de hecho un libro común ocupa más espacio en físico que una unidad de almacenamiento externo que puede hoy día almacenar cientos, sino, miles de archivos y hasta más dependiendo de la capacidad que tenga en gygas y teras; un muy punto a favor de los libros electrónicos y un definitivo duro golpe a los libros en físico.

Aun así, aunque un incendio, o una inundación, o un inesperado derrame inconveniente de químicos de cualquier tipo puede acabar con el material bien amado y atesorado en papel u otros materiales, estos no se van a dañar por fluctuaciones en los suministros de energía, pulsos electromagnéticos (en casos absurdamente exagerados) o programas maliciosos que son diseñados para crearle dolores de cabeza a cualquier propietario, además de que, si el suministro de energía es nulo y los acumuladores de esta (entiéndanse UPS, baterías y generadores de diversos tipos) se acaban por diversas razones o porque, en resumen, nadie recargó lo que tenía en sus manos (aunque por supuesto, no conozco nada que mantenga su energía acumulada durante consumo ininterrumpido por más de un día) va a tenerse que esperar hasta que dicha situación cambie. Si tienes varios libros en físico, una botella de buen licor, comida perecedera y alguna forma rudimentaria de iluminación, puedes pasar días leyendo sin depender de la ausente energía que tanta falta hace (bueno... varias botellas de buen licor... una sola no va a ser suficiente... digo... ¡ah!, la comida también); menciono esto debido a que yo he vivido la experiencia de estar en un lugar que ha llegado a estar como mínimo tres horas hasta un máximo de cuatro días sin energía (¡ajá!, y de paso sin buen licor, aunque con buena comida, por fortuna).

He llegado a consumir la batería completa del "dispositivo inteligente" y la energía todavía sin restablecerse, lo mismo ocurrió con una laptop, y ni hablar de los UPS (ocurre lo mismo, aunque el equipo conectado no consuma mucha energía); en resumen, lo digo porque lo viví. En tanto, con la luz del día en su pleno apogeo y con un libro en físico, las cosas son distintas. Que le puede pasar algún "accidente" al libro, pues a los dispositivos inteligentes también, por ejemplo: sin el libro recibe un impacto contundente (caerse desde muy alto por decir algo), bueno, que creen que les sucede a los dispositivos cuando les pasa lo mismo, pues... como mínimo si la pantalla no se agrieta o algo peor, existe el riesgo de que hasta pierdan la "inteligencia" del golpe (lo digo en forma jocosa, aunque dudo que algún propietario lo encuentre divertido si le sucedió).

Podemos tomar en cuenta otras situaciones... veamos... se roban el libro... bueno... a no ser que se trate de alguna edición única y muuuuuuy especial... o por el simple capricho de llevárselo... con honestidad, no creo que asalten a nadie por un libro a no ser que se sospeche que en él se lleve algo de muy significativo valor... pero yo vivo en Venezuela, y, aunque soy consciente de que sucede en otros países... acá como mínimo te arrebatan tu dispositivo inteligente si representa algún valor o como máximo te dan una golpiza cobarde (usualmente van en grupos mínimos de a tres individuos, o alguno con algún tipo de arma) en situaciones no siempre aisladas; cuando te roban el dispositivo inteligente, no solo te roban el aparato en sí, si eres de los que allí utilizan su calendario de trabajo, contactos de uso profesional además del personal, documentos electrónicos "importantes", usuarios de redes sociales, acceso a servicios bancarios, y toda una vida en fotografías (se de lo que hablo, he conocido de esas pérdidas de mis clientes de trabajo en el área de computación), el libro es lo menos costoso.

Con franqueza, tratándose de un libro físico, lo que de manera usual ocurre es que cuando lo prestas, hay ocasiones en que "se olvidan de que lo tienen que devolver" o "lo dañan por accidente y prometen restaurarlo para no devolverlo en ese estado" o "las relaciones se rompen y ni hablar de devolver nada" o.... bueno, la lista puede ser fastidiosamente larga... por lo cual yo arreglé esos "malos entendidos" no prestando nunca mis cosas... ¡aunque expresen que estoy exagerando!... En estos casos, los libros electrónicos tienen otro punto a favor "te regalo una copia del documento" y te lo mando por "email", o también "¡oye, descárgalo de la página web (...), solo tienes que pagarlo para descargarlo! (...). No me malinterpreten, nada es gratis en la vida, y no me refiero nada más al dinero; a buenos entendedores pocas palabras.
Más adelante continuaré con otros aspectos acerca de este tema.
Gracias por leer
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